jueves, 7 de junio de 2012

En la cueva

Hace unos meses hice un curso de Formación Política para la Acción con Menores. El curso, en el cual intentaré no centrarme demasiado, me ha abierto los ojos mucho más allá de lo que el mismo pudiera o quisiera transmitir, es como si al tirar de un hilo, sacaras a la luz todo un entramado complejo y finamente cosido, algo que todos conocemos, algo de lo que todos participamos sin apenas ser conscientes, y que llamamos sistema

Este sistema está conformado por todos, es una organismo estructural, organizativo, de la sociedad, en él cada uno tiene un papel y una función, y que al menos, el nuestro, se basa en el capitalismo. Todo está bajo la orden capitalista, y eso puede verse reflejado en el día a día, en nuestra manera de consumo como ejemplo más directo. Sin embargo, ¿hasta qué punto tenemos asimilado esa forma de sistema...? porque...¿Es sólo un sistema...o va más allá? Es una ideología, que se adentra mucho más allá. Lo que comenzó como un capitalismo material, allá por los años 30, ha ido infiltrándose en el modo de vida de la sociedad, hasta tal punto, que se ha convertido en un capitalismo ideológico y que lleva consigo una problemática mucho mayor, pues ya interviene no sólo la estructuración de un sistema político, económico, o incluso social, de modo de vida, sino que intervienen en este caso la estructura psicológica, conductual y propia del individuo, programándose para actuar tan uniformemente como se pueda. 

Ello se ve en conceptos tan cotidianos en nuestro mundo como la pobreza (del primer mundo). En nuestro mundo es estructural, no es realmente la nulidad de recursos básicos, pues pueden acceder de una manera u otra a comida, a refugio...Ello se produce por la desnaturalización de las necesidades, se sustituyen las necesidades reales, como las de comida o manutención, por las necesidades impuestas (trabajo, coche, dinero) que han sido nuestra transfusión en sangre durante años. La desnaturalización de las necesidades de las que hablamos es tan sencilla como esto: 

Nos dicen lo que tenemos que consumir, y CÓMO conseguirlo. Ese cómo conseguirlo lleva implícito las necesidades impuestas, y una autogestión es criminalizada con la exclusión. Por ejemplo, las necesidades reales se pueden identificar con alimento, cobijo, afecto y acompañamiento en la vida adulta. Eso se consigue con un trabajo asalariado, casa propia, escuela, y la creación de una pareja y familia. Si te sales de esos cánones de vida, son puntos que se van sumando a la exclusión, y a medida que se van acumulando, tienes más probabilidades de acabar en la pobreza. Por que todos sabemos que no es lo mismo (en nuestra cultura) estar sin trabajo que... estar sin trabajo y ser mujer ...que... estar sin trabajo, ser mujer, ser negra, ser musulmana, tener un niño... etc. 

La pobreza conocida por estas características, en muchos casos conocida como el cuarto mundo, es la que genera marginación y exclusión social. El resto del sistema, como tiene asumido el control capitalista dentro de su ideología, tiende a tratar la marginación de manera subjetiva y personal, llevándolo a un plano psicológico y relacionándolo con el rechazo, una economía al margen, y algo negativo para la perpetuación de su buena calidad de vida. Nosotros mismos creamos la identidad marginal, porque tenemos los valores capitalistas como propios. Y castigamos otras maneras de ganarse la vida porque a nosotros también nos cuesta ganarnos la nuestra dentro de este sistema. 

Pero los educadores sociales tienen un papel muy duro en todo esto. En este caso funcionamos de colchón. Somos los encargados de reinsertar a esos excluídos en el propio sistema que los excluye. 

Porque, a vista de todos queda, que la exclusión social les conviene. 

Es ofrecida como ejemplo de lo que NO se debe hacer. Qué tienes que conseguir y qué no tienes que hacer para acabar así. Es utilizado para manipular a la sociedad, constituir y perpetuar un sistema que a los que viven bien cada vez les pueda ir mejor. Y tú, como educador social eres consciente, pero es que quieres ayudar a que los que viven mal no vivan peor. Que vivan felices y encuentren una vida plena... pero es complejo. Muchos de ellos están ahí por decisión propia,  su modo de vida es el que han encontrado al ejercer su rol dentro de un grupo marginado en el que se ha establecido, y eso provoca un rechazo ante los trabajadores y educadores sociales. 

Otro problema ante el cual nos encontramos es que una vez nos ponemos en marcha, somos conscientes de que el problema que deberíamos tratar de raíz, que sabemos que es global, que es estructural... se parcializa y se comienza a ver desde las perspectivas profesionales de psicólogos, trabajadores sociales, educadores, pedagogos, psiquiatras... ¡cómo si el problema fuera del individuo! cuando sabemos que en realidad el problema está en la sociedad entera...La mediación actual trata muy individualmente al colectivo excluído y realmente no con la causa real. 

El educador social tiene que aguantar los golpes de los de abajo, para que les lleguen más suaves a los de arriba... Los de arriba nos dejan existir, porque saben que la exclusión seguirá existiendo como ejemplo, y que a la vez, reinstauraremos de nuevo el orden, reinsertando a cuantos podamos. 

La parte negativa es clara, se atropellan derechos y libertades al intentar suplir estas carencias potenciales, pero si no se suplen faltan estos derechos en la sociedad... sin embargo la parte positiva es que se crean talleres de empoderamiento y liderazgo, y muchos ven oportunidades de renacer y superación, de autoconocimiento y desarrollo.

Un educador social debe mantener el equilibrio, y debe ante TODO, transmitir valores de equidad y cooperación, de desarrollo, de valores e identidades personales, más allá de cualquier sistema. Un educador social puede ser la llama del cambio, todo está en nuestra mente, sólo tenemos que empezar.



2 comentarios:

Daniel dijo...

La verdad confieso que soy un fiel seguidor de tu blog. Creo que en tu publicación has dejado en claro cada uno de los elementos por los que actualmente la mayoría de los países del mundo están sufriendo. La sociedad ha cambiado dramáticamente desde la introducción del capitalismo. En México he podido ver como nuestra sociedad ha sido influenciada por este fenómeno y como los valores comunes se han ido perdido. Como mencionas esta responsabilidad no es solamente del individuo pero si comienza con él mismo. Es una gran tarea que se tiene para concientizar a la gente para retomar valores de antaño. Es un proyecto muy grande y todo sigue radicando en lo mismo. Implantar la idea en las personas, convencerlas de que es lo mejor. El materialismo/capitalismo creció por muchos años de "mercadeo" de las grandes naciones. Lo vemos muy de cerca en América con el nombrado "sueño americano" el cual se basa en la posesión de bienes. Pero dejamos a un lado todo aquello que no cuesta y es mucho mas valioso. Creo que la sociedad pronto será vista como alguna vez la dibujo Aldous Huxley en su novela "Un mundo feliz". Espero haya más gente como tú que luche por ello y pueda lograr cambiar esto. Pero es difícil cuando se hace algo que no beneficiara a la minoría que controla todo...Saludos!

Estercii dijo...

Uf, de verdad me encanta que seas capaz de leer todo lo que escribo, por muy largo que sea y comentarlo tan completo y tan bien expuesto, lo escribes hasta mejor que yo en mi propio blog. Muchas gracias, de verdad. Un saludo :)